El sábado es tradicionalmente el día dedicado a la Virgen María, por ello compartimos esta oración mariana que se puede rezar el sábado anterior de Navidad para darle gracias a aquella que lo dio todo por darnos al Reconciliador y para que, por su intercesión, Jesús también nazca en nuestros corazones.
Una oración a María para el sábado anterior a la Navidad.
El sábado es tradicionalmente el día dedicado a la Virgen María, por ello compartimos esta oración mariana que se puede rezar el sábado anterior de Navidad para darle gracias a aquella que lo dio todo por darnos al Reconciliador y para que, por su intercesión, Jesús también nazca en nuestros corazones.
Oración a San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel, defiéndenos de la Batalla. Se nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprimele Dios, pedimos suplicantes, y tu principe de la milicia celestial, arroja a al infierno, con el divino poder a satanás y a los otros espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las alamas. Amén.
María reina de los ángeles ruega por nosotros.
Oh glorioso príncipe, San Miguel, jefe principal de la milicia celestial, guardián fidelisimo de las almas; vencedor eficaz de los espíritus rebeldes, fiel servidor en el palacio del Rey Divino, eres nuestro admirable gúía y conductor, voz que brillas con excelente resplandor y con virtud sobre humana, líbranos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a ti. Asistenos con tu afable protección; para que seamos más y más fieles al servicio de Dios, todo los días de nuestra vida.
G-Ruega por nosotros, oh glorioso San Miguel, principe de la Iglesia de Jesús.
P-Para que seamos dignos de alcanzar tus promesas.
JESUS MARÍA TE AMO, SALVAD ALMAS (3 veces)
*Rece esta oración diariamente.
Oración para celebrar en familia la Epifanía del Señor
En el marco de la Fiesta de la Epifanía del Señor que se celebra el 6 de enero en Roma y muchas diócesis del mundo, aquí una oración para rezar en familia, comunidad, grupo o de manera personal.
Todos alrededor del pesebre o nacimiento dicen: “En el Nombre del Padre y del Hijo Y del espíritu Santo. Amén”.
Himno
Reyes que venís por ellas, no busquéis estrellas ya, porque donde el sol está no tienen luz las estrellas.
Mirando sus luces bellas, no sigáis la vuestra ya, porque donde el sol está no tienen luz las estrellas.
Aquí parad, que aquí está quien luz a los cielos da: Dios es el puerto más cierto, y si habéis hallado puerto no busquéis estrellas ya.
No busquéis la estrella ahora: que su luz ha oscurecido este Sol recién nacido en esta Virgen Aurora.
Ya no hallaréis luz en ellas, el Niño os alumbra ya, porque donde el sol está no tienen luz las estrellas.
Aunque eclipsarse pretende, no reparéis en su llanto, porque nunca llueve tanto como cuando el sol se enciende.
Aquellas lágrimas bellas la estrella oscurecen ya, porque donde el sol está no tienen luz las estrellas. Amén.
Lectura Bíblica: Mt. 2, 1-12
“Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo».
Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.
En Belén de Judea, –le respondieron–, porque así está escrito por el Profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel"».
Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje».
Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino".
Si se desea, en este momento tres miembros de la familia colocan las imágenes de los reyes magos en el pesebre junto al Niño Jesús.
Reflexión de San Juan Pablo II
“En esta fiesta de la Epifanía del Señor, el evangelio de san Mateo habla de una misteriosa estrella, que guió a los Magos primero hasta Jerusalén y después hasta Belén, donde adoraron al Niño Jesús (cf. Mt 2, 2. 7. 9. 10).
La estrella que conduce a los Magos hacia Cristo evoca la rica simbología de la luz, muy presente en la Navidad. Dios es luz, y el Verbo hecho hombre es "luz del mundo" (Jn 8, 12), luz que guía el camino de las gentes”.
Oración
Señor Jesús: que a imitación de los Magos de Oriente vayamos también nosotros frecuentemente a adorarte en tu Casa que es el Templo y no vayamos jamás con las manos vacías.
Que te llevemos el oro de nuestras ofrendas, el incienso de nuestra oración fervorosa, y la mirra de los sacrificios que hacemos para permanecer fieles a Ti, y que te encontremos siempre junto a tu Madre Santísima María, a quien queremos honrar y venerar siempre como Madre Tuya y Madre nuestra. Amén.
Se pueden añadir también algunas peticiones y para concluir se reza un Padrenuestro, un Avemaría y tres veces el Gloria.
Todos concluyen diciendo: “En el Nombre del Padre y del Hijo Y del espíritu Santo. Amén”.