Oración a Cristo Rey de Santa Margarita de Alacoque para que reine en el corazón
Yo os adoro, ¡oh Jesús, Rey poderoso!, en este trono de amor y de misericordia. Recibidme por esclavo y siervo vuestro, y perdonad mis repugnancias y rebeldías al soberano dominio que tenéis sobre mi alma.
¡Ah, Rey benigno! Acordaos que no podrías ser en efecto misericordioso si carecieses de vasallos miserables. Alargad, os ruego, vuestra liberal mano y remediad mi extra indigencia con el precioso tesoro de vuestro santo amor, que al fin no es otra cosa sino Vos mismo; despojándome de todo este miserable amor propio y de todos estos pueriles humanos respetos que me tienen como asido y encadenado.
Venid, ¡Soberano Rey mío!, a romper mis ataduras y a librarme de esta mala servidumbre y a establecer vuestro imperio en mi corazón. Quiero reinar en el vuestro por una ardiente caridad con mi prójimo, no hablando de él sino caritativamente, sufriéndole, excusándole, haciendo y queriendo para él lo que yo quisiera hiciesen conmigo, no permitiendo que mi lengua suelte palabra alguna ofensiva o de resentimiento. Así no habrá cosa que me turbe para que mi Rey halle en mí imperio de paz. Amén.
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