Encomendarlos a la misericordia divina
En su libro Preguntas indiferentes, publicado hace treinta y cinco años, el conocido teólogo polaco Fr.Jacek Salij OP animaba a una madre cuyo hijo se había suicidado a rezar estas palabras u otras parecidas durante una Misa ordenada por su intención:
Señor Jesucristo, toma en tus manos divinas el destino final de mi hijo. Ruega a tu Padre misericordioso que se digne perdonar sus pecados y admitirlo a la vista eterna de tu Rostro.
Tu oración, Jesucristo, Salvador de los hombres, es omnipotente. Tú no viniste a este mundo para condenarnos, sino para encontrar y salvar a toda oveja perdida.
Solo Tú puedes salvar a mi hijo de la muerte eterna. Señor Jesús, no tengo a nadie que pueda ayudarme. Jesús, ¡confío en que Tú me escucharás y le mostrarás misericordia!